sábado, 2 de agosto de 2008

La Spirulina, una maravilla natural

Trabajé muchos años en una planta de producción de Spirulina. Aprendí a cultivar, cosechar y procesar su verde y brillante biomasa hasta quedar reducida a una centena de comprimidos en un frasco comercial.

Una de las cosas que más me llamó la atención, entonces y ahora, es el relativo desconocimiento que existe en torno a esta maravilla natural.

Es un alga verde azul microscópica que habita de forma natural en lagos alcalinos de varios continentes y desde tiempos remotos fue aprovechada como alimento y medicina por los aztecas y tribus africanas.

Se cultiva con fines comerciales en estanques artificiales a cielo abierto; espejos de agua poco profundos, luz solar y un medio nutritivo mineral, son los elementos que necesita la Spirulina para crecer. Un sistema de agitación formado por ruedas de paletas o brazos radiales garantiza la distribución uniforme de la biomasa en el estanque, acelerando notablemente la velocidad de crecimiento y la productividad del cultivo.

La Spirulina posee todos los aminoácidos esenciales, tiene una fracción proteica que se eleva hasta el 70% de su peso seco y una digestibilidad que ronda el 90%. Contiene elevadas cantidades de vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados de notable valor. Una concentración inusual de betacarotenos, la ficocianina (pigmento que le da el color azul) y el ácido gammalinolénico, conforman la batería antioxidante de este excelente suplemento nutricional.

Hoy en día podemos encontrarla en supermercados y diversas tiendas naturistas, que la venden como un suplemento alimenticio. La emplean vegetarianos, fisiculturistas, personas sometidas a diversos grados de estrés, convalecientes e individuos sanos.

Varias organizaciones internacionales han reconocido las propiedades y potencialidadesde de la Spirulina; la Organización Mundial de la Salud, desde hace más de 20 años, denominó a la Spirulina el alimento del futuro.

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